Donde se esconde la imaginación

elperrodeporcelana

También lo podríamos denominar el almacén de las ideas, el lugar de donde surgen cuando un escritor comienza su novela, relato o cuento infantil.

Existen ideas peregrinas respecto a la creación literaria, hay gente que piensa que el escritor es una especie de médium que cae en trance apenas comienza su obra de turno, vaya, que desde el Más Allá le están dictando lo que ha de narrar, y eso no es cierto ya que equivaldría a que ningún autor lo es de su obra condicionándole al papel de robot frente a la máquina de escribir, hoy en día ordenador, antaño pluma de ave.

Escribimos nosotros porque nosotros lo pensamos, nosotros y nadie más. Las ideas no surgen por arte de magia sino de nuestro cerebro, de ese maravilloso almacén de recuerdos propios o aprendidos, de enseñanzas recibidas, de experiencias y de vivencias buenas y malas, y como no pensamos lentamente nuestras ideas surgen veloces, tanto, que a veces hasta nos parece increíble que se nos puedan haber ocurrido. Es así y no hay más.

Yo podría daros muchos ejemplos personales como escritora, pero voy a comentar uno, muestra para hacer más comprensible el mecanismo de la inspiración.

EL PERRO DE PORCELANA es el elegido al ser el más reciente que he publicado.

Sin ser copia de ninguna lectura concreta, sí reconozco que se halla inspirado en aquellas maravillosas historias fantásticas que se leen siempre en ciertas etapas juveniles de la vida, cuanto más fantásticas más emocionantes. A ello hay que ir añadiendo el elemento de lo maravilloso espigado en la mitología irlandesa por un lado y por el otro en el clásico, y siempre muy atractivo, mundo de la piratería.

Ahora bien, ¿cómo se me ocurrió la novela, cuál fue su germen?, pues algo tan sencillo cual descubrir, en un manual de razas de perros, la foto, magnifica fotografía, de un perro de porcelana, así denominado por la blancura de su pelaje, que salpicaban discretamente unas pocas manchas cobrizas. La imagen y el nombre se me quedarían grabadas y no hacía más que preguntarme qué es lo que yo podía hacer con semejante personaje de nombre tan fascinante. Y así, poco a poco, fue surgiendo la novela en mi cerebro, con influencias muy marcadas en el estilo y el lenguaje, eso sí, de la literatura del siglo XIX, tal fue el nacimiento de EL PERRO DE PORCELANA.

Debo confesar que me lo pasé muy bien desarrollando el argumento y que darle el toque de los viajes en el tiempo fue todo un acierto por mi parte, máxime cuando un tema tan clásico no se presta a manipulaciones futuristas, ¿qué rincón de mi mente escondía esta sorpresa?

 

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